martes, 22 de febrero de 2011

EL ORIGEN DE LOS PERUANISMOS

Diccionario de Peruanismos por Martha Hildebrandt

En esta página incluiremos la versión digitalizada de la segunda edición del Diccionario de Peruanismos, cuyo texto revisado, actualizado y, en algunos casos, considerablemente ampliado, tiene 545 páginas. El libro se incluye entre las veinte obras, escogidas como representativas de nuestra cultura, que integran la Biblioteca Básica Peruana.
Esta colección, iniciada por Juan Mejía Baca como Director de la Biblioteca Nacional del Perú, continuó publicándose durante la gestión de la bibliotecóloga Martha Fernández de López. Peruanismos (que lleva el número VI) se imprimió en los talleres de la Imprenta de la Biblioteca Nacional en agosto de 1994 y tiene el sello de Epígrafe S.A. Editores.
Esta edición electrónica progresivamente incluirá la integridad de las fichas de peruanismos.

  • ...es general el uso de acápite por párrafo, parágrafo o aparte...

  • "Estos usos de acomedirse 'ofrecerse a hacer un servicio', 'ayudar espontáneamente' y de acomedido 'servicial, oficioso' no se conocen en España

  • Aguaitar viene del catalán aguaitar 'estar en acecho', 'mirar' y éste de guaita 'vigía', 'centinela', palabra de origen germánico

  • Alturado"En el Perú es corriente el uso del adjetivo alturado por elevado (en sentido metafórico) con las connotaciones de 'digno', 'sereno', 'mesurado'."

  • "En el Perú se documenta desde hace poco tiempo el verbo ameritar con usos más o menos equivalentes a los de merecer.

  • "En el Perú y Méjico 4, sin embargo, ánfora tiene el sentido predominante de 'urna'"

  • "Antier resulta de reducción de un adverbio compuesto, formado por la preposición ante y la variante vieja yer"

  • "En el Perú y en casi toda la América hispana (se exceptúa Méjico) es uso general el de apurarse por apresurarse o darse prisa"

  • "El uso de armada con el sentido de 'cuota, plazo', 'monto de dinero aplicado a la amortización de una deuda' es propio del castellano del Perú"

  • Batea"en la actualidad la batea americana es, por antonomasia, el recipiente en que se lava la ropa"


  • Bochinche"Bochinche 'algazara, bullicio', 'tumulto, desorden público' es término del habla familiar en gran parte de la América hispana "

  • Borrado"En nuestra habla familiar borrado -pronunciado habitual­mente borrao 2- es calificativo y apodo del picoso, o picado de vi­ruelas"

  • Botar"Botar es un temprano germanismo del castellano (tomado a través del francés); etimológicamente 'golpear' ..."

  •  

  • "Además de su sentido general de 'chanza', broma tiene en el Perú y otras regiones de América (Argentina, Chiloé, Venezuela y Puerto Rico) el de 'molestia, contrariedad', 'perjuicio'"

  • En el habla familiar peruana cachaco es mote despectivo del policía, del soldado y del militar en general

  • ...se llaman cacharpas los trebejos, bártulos o trastos de poco valor y, por extensión, la ropa vieja...

  • ...el nombre popular de la pipa de fumar ...

  • Calato por desnudo es uno de los peruanismos más caracterís­ticos

  • ...se dice camal en vez de matadero o rastro y camalero por matarife...

  • ...se dice camal en vez de matadero o rastro y camalero por matarife...

  • ...se llama camote una planta originaria de este continente y también su tubérculo comestible...

  • En el Perú ... es ge­neral canillita como designación del vendedor ambulante de dia­rios y revistas

  • ...capaz funcio na como adverbio equivalente a quizá...

  • ...jefe de peones o vaqueros ... jefe de un grupo de reclusos ... vaso grande para chicha


  • ...se llama caracha la sarna de per­sonas y animales ...

  • ...'cubierta de un libro en rústica' ... 'cubierta de una revista, un folleto o un legajo ...

  • ...mugre acumulada sobre la piel por crónico desaseo...

  • ...mancha o banco de peces '... 'multitud de cosas o de personas'...

  • ...En el Perú se asocia sobre todo al circo y a la playa...

  • ...es general el uso de carpeta como nombre del mue­ble escolar que en España se llama pupitre...

  • ...un plato típico de nuestra cocina...


  • Lenguaje Correcto e incorrecto. por Martha Hildebrandt

    El criterio de corrección tradicional era rígido y dogmático, pues se tenía por expresión de principios inmutables: según él, había entre los usos lingüísticos una tajante e irreductible división entre aquéllos inherentemente "buenos" o correctos y aquéllos inherentemente "malos" o incorrectos. Puesto así el lenguaje en blanco y negro, escribir "bien" consistía esencialmente en atenerse a las formas lingüísticas tenidas por correctas y evitar cuidadosamente aquéllas tenidas -a veces erróneamente- por incorrectas. Este dogmatismo en cuanto al lenguaje estaba generalmente en razón inversa al conocimiento de su verdadera realidad y resultaba a veces traumatizante: nunca podrá saberse cuántas auténticas vocaciones literarias han perecido asfixiadas por una negativa formación purista, casticista o academicista.
    Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
    Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
    El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
    Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
    Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
    De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
    Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.

    El criterio de corrección tradicional era rígido y dogmático, pues se tenía por expresión de principios inmutables: según él, había entre los usos lingüísticos una tajante e irreductible división entre aquéllos inherentemente "buenos" o correctos y aquéllos inherentemente "malos" o incorrectos. Puesto así el lenguaje en blanco y negro, escribir "bien" consistía esencialmente en atenerse a las formas lingüísticas tenidas por correctas y evitar cuidadosamente aquéllas tenidas -a veces erróneamente- por incorrectas. Este dogmatismo en cuanto al lenguaje estaba generalmente en razón inversa al conocimiento de su verdadera realidad y resultaba a veces traumatizante: nunca podrá saberse cuántas auténticas vocaciones literarias han perecido asfixiadas por una negativa formación purista, casticista o academicista.
    Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
    Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
    El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
    Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
    Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
    De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
    Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.