Jerga, modismos y lisuras
de la televisión peruana.
O sea, manya qué paja este programa, ¡alucina!
Quién hubiera imaginado hace un tres años que uno de los comerciales más simpáticos e ingeniosos de la pantalla sería protagonizado por Martha Hildebrandt. La doctora peruana sorprendió diciéndo que muchos términos de su jerga más preciada ya eran académicos... cosa que jamás le preocupó a los animadores, actores y escritores de nuestra manoseada televisión que justo por estos días acaba de cumplir 45 años . Como para confirmarlo, la última expresión popular del 2003 "pá la génti" –nieta del clásico lo que le gusta a la gente- es prácticamente propiedad intelectual del actor nacional César Ritter, estrella de "Mil Oficios".
CARITO NO HABLA EN INGLES
El doblaje de las peliculas nos salvó de entender los numerosisimos "f ucking" que inundan las películas estadounidenses, así que tuvimos que inspirarnos en Latinoamérica para construir nuestra neo-replana actual.
Quizá el transplante más exitoso resultó la jerga mexicana. Luego de que el terreno fuera abonado por muchas telenovelas, fue sólo hasta la aparición de "El Chavo del Ocho" en la television peruana a partir de 1978 que algunos modismos charros empezaron a calar. Hasta donde me alcanza la memoria, la palabra "chamba" pegó entre nosotros recién a partir de esa serie comica.
En cambio nunca llegaron a pegar entre los peruanos "hacerte la vida de cuadritos" (atormentar), "hacer el oso" (avergonzar), "chanfle" (ooops actual), ni "órale" o "andale", ni "espérate tantito" o "lana" (dinero) , pero en la actualidad he llegado a escuchar con cierto desagrado, que algun mozalbete a la salida del cine repetia –con certeza, fascinados por cintas como "Amores Perros" y "Y Tu Mamá También"- términos como "pinche guey" y uno que otro "chingón", palabra que calculo tiene unas 500 acepciones en Méjico dependiendo de cómo se diga, en qué tono y a quién.
Respecto a Venezuela, gracias a Dios el "cónchale vale", y "mi pana" de millares de telenovelas venezolanas no calaron entre nosotros. El único venezolanismo (¿se dice así?) que viene usándose de hace buen tiempo es el "chévere", en desmedro del argentinismo "bacán" mas popular y usado en Peru que en la misma Argentina.
Los argentinismos tampoco lograron acollerarse al habla popular, ya que el "vós" es casi un idioma en sí mismo. Y valga la ocasión para comentar que en mi pubertad tuve un ligero susto cuando escuché en una telenovela argentina decir a la linda Andrea Del Boca a un tipo "me cachaste en el baño", que traducido al gaucho es un inocente "me ampayaste". Y bueno...
De los colombianos poco hay que anotar, tan educados que jamás abandonan el aburrido "usted" aún con sus amigos más íntimos, y de los chilenos es casi imposible incorporar nada por dos razones: casi no vemos su televisión ni su cine –bastante interesante, dicho sea de paso- y de sus dos palabras estandarte, "cabro" (muchacho) y "¿cachay?" (algo así como ¿ves?) la primera acá una es una palabra despectiva y la otra suena como eso.
SAPOS, CULEBRAS Y ESPIRALES
Y podría apostar que fue Augusto Ferrando el primero que soltó un "carajo" en la pantalla chica. Yo no lo descubrí, pero sí lo vi. Lo recuerdo durante una tarde de los años 70 el eufórico Ferrando no se aguantó, y al final de su perorata dijo algo así como "¡... y estoy tan emocionado que ahorita digo carajo!".
El público rompió en aplausos, y Carbajal, Tribilín y hasta la Gringa Inga le hicieron el eco, esta última con un "carrajo" dicho con tal ternura que nadie en su sano juicio calificaría de grosero. Como para confirmar su carácter inofensivo, hoy hasta existe una peña musical en el distrito de Barranco que se llama así.
Luego de un largo paréntesis, recién a mediados de los 80 volvimos a escuchar algunas palabrotas en "Gamboa", herencia del cine peruano, cuyo guión a lo mucho tendría diez malas palabras en 161 capítulos. La television "globalizada" de los 90’s nos trajo de las mismas a Laura Bozzo, quien se propuso ruborizar a los delincuentes más avezados de la carcel de Lurigancho -sus futuros colegas dentro de poco- gracias a su verbo florido pródigo en ajos y loas a Montesinos en casi igual proporción. Pero francamente nadie caerá tan bajo como el cardenal Cipriani y su gorilesca definición de los derechos humanos como una cojudez. A persignarse y jalar el excusado.
O SEA, CHACARIAAA
Uno de los más conspicuos divulgadores de la "jerga nice" es sin duda Rafo León y el difunto Jose Luis Del Salto en los 70's. El "o sea" adquirió carta de ciudadanía gracias a Leon, convirtiéndose en palabra de punta, término ancla de toda una forma de hablar pródiga en modismos
"¿ya?", "Alucina", "qué loco", "mostro", "regio", "te juras", "no te pases", "me llega", "ya no ya": todo sonó cool y fresh después que el lo dijera, y, cómo te explico, la televisión lo asumio como algo normal en 1985 con la telenovela peruana"Carmín", por boca de un grupo de encantadoras rubiecitas –hoy respetables actrices- encabezadas por Fiorella Menchelli , cuyos ecos se escuchan hasta hoy en cuanta telenovela se desarrolle en esos ambientes y también en los parlamentos de todas las modelos de cualquier programa concurso. Esta forma de hablar es tan, tan típica que está cerca de convertirse en un idiolecto (que, ojo, no es lo mismo que un dialecto idiota)
Para ilustrar, recordemos las instrucciones que nos dejo para que una chica regia diga con propiedad en dónde vive:
1) Relajar la mandíbula inferior dejando los labios entrabiertos.
2) Balancear un poquito la cabeza. No tanto como esos perritos de los taxis, pero casi.
3) Poner ojos bovinos post-noche de una buena volada con tronchos y demas hierbas escuchando a Joaquín Sabina y Robert Plant, o bien ocultarlos tras lentes oscuros Gucci.
4) Ante la pregunta crucial: ¿dónde vives? Se responde "en Chacariyaaá" (chacarilla), alargando la última a y suavizando la "ll" en ese inconsciente afán limeño por eliminar todo vestigio del quechua. También se puede responder "La Molinaaá", siempre que esa última "a" vaya bajando de intensidad sonora y poniéndose un poco nasal (!gracias troncho!)
Hablando de "indians go home" vale decir que el "manyas" nacio en esta clase social cuyos sumos sacerdotes son, según me cuenta un amigo entendido en pituquerías, nada menos que los surfs. Si la palabra pega en el mundo surf, sonará "o sea, en todas partes". Miren pues: los hieráticos surferitos, algunos de los cuales son incapaces de mantener un diálogo mayor de cuatro monosílabos, también colaboran enriqueciendo el habla popular. O sea, la hacen linda, manyas?
CHAMULLO DE EXPORTACION
Los obedientes broadcasters (¿) nacionales, advierten que el uso de la jerga atenta contra la comercialización de las telenovelas en el exterior. Me pregunto entonces por qué escuché tanta jerga sudamericana durante toda mi vida, pues según los criterios peruanos se supone que eso jamás debió ser exportado. Y que tampoco debemos exportar productos asi. ¿Por que sera que conservamos mucho respeto al hablar nuestras jergas con alguien que no sea nuestro paisano?
Para demostrar la falacia, el ejemplo es "Patacláun": éxito también en Colombia y otros países latinos, no usa solamente jergas peruanas, sino de chistes privados que desternillan de risa a cualquier ser humano de este planeta. Es cierto que las primeras veces no se entiende, pero a la segunda o tercera cualquiera lo capta y la palabreja se vuelve parte de la gracia. Muchos creen que nuestra jerga no es graciosa ni entendible fuera de las fronteras. Como siempre, todo radica en el criterio, pues no se trata de abusar ni centrar el chiste en lugares o términos que solo los locales conocen pero tampoco de creer que nuestro "manyas" se entiende menos que un "a poco".
Para terminar, una penosa noticia. Cuando apareció el "ya fue", muchos celebramos que el idioma por fin lograba expresar una serie de complicados conceptos con tan solo dos palabras. Podía aplicarse a la moda (esa camisa ya fue) a los sentimientos (esa/e pata ya fue) a la política (el cholo ya fue) a la filosofía (ese sermon ya fue) y en fin, a cuanta cosa se quisiera dar de baja en nuestro veloz mundo de zapping mental. Pues bien, según los últimos reportes de los especialistas, el "ya fue"... ya fue. Esperemos la próxima, broder.
Eduardo Adrianzén Herrán (Eduardo es escritor y dramaturgo teatral. Es autor de la telenovela "Qué buena raza").
LENGUAJE COLOQUIAL
domingo, 20 de marzo de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Diccionario de Peruanismos por Martha Hildebrandt
En esta página incluiremos la versión digitalizada de la segunda edición del Diccionario de Peruanismos, cuyo texto revisado, actualizado y, en algunos casos, considerablemente ampliado, tiene 545 páginas. El libro se incluye entre las veinte obras, escogidas como representativas de nuestra cultura, que integran la Biblioteca Básica Peruana.
Esta colección, iniciada por Juan Mejía Baca como Director de la Biblioteca Nacional del Perú, continuó publicándose durante la gestión de la bibliotecóloga Martha Fernández de López. Peruanismos (que lleva el número VI) se imprimió en los talleres de la Imprenta de la Biblioteca Nacional en agosto de 1994 y tiene el sello de Epígrafe S.A. Editores.
Esta edición electrónica progresivamente incluirá la integridad de las fichas de peruanismos.
Esta colección, iniciada por Juan Mejía Baca como Director de la Biblioteca Nacional del Perú, continuó publicándose durante la gestión de la bibliotecóloga Martha Fernández de López. Peruanismos (que lleva el número VI) se imprimió en los talleres de la Imprenta de la Biblioteca Nacional en agosto de 1994 y tiene el sello de Epígrafe S.A. Editores.
Esta edición electrónica progresivamente incluirá la integridad de las fichas de peruanismos.
...es general el uso de acápite por párrafo, parágrafo o aparte...
"Estos usos de acomedirse 'ofrecerse a hacer un servicio', 'ayudar espontáneamente' y de acomedido 'servicial, oficioso' no se conocen en España
Aguaitar viene del catalán aguaitar 'estar en acecho', 'mirar' y éste de guaita 'vigía', 'centinela', palabra de origen germánico
Alturado"En el Perú es corriente el uso del adjetivo alturado por elevado (en sentido metafórico) con las connotaciones de 'digno', 'sereno', 'mesurado'."
"En el Perú se documenta desde hace poco tiempo el verbo ameritar con usos más o menos equivalentes a los de merecer.
"En el Perú y Méjico 4, sin embargo, ánfora tiene el sentido predominante de 'urna'"
"Antier resulta de reducción de un adverbio compuesto, formado por la preposición ante y la variante vieja yer"
"En el Perú y en casi toda la América hispana (se exceptúa Méjico) es uso general el de apurarse por apresurarse o darse prisa"
"El uso de armada con el sentido de 'cuota, plazo', 'monto de dinero aplicado a la amortización de una deuda' es propio del castellano del Perú"
Batea"en la actualidad la batea americana es, por antonomasia, el recipiente en que se lava la ropa"
Bochinche"Bochinche 'algazara, bullicio', 'tumulto, desorden público' es término del habla familiar en gran parte de la América hispana "
Borrado"En nuestra habla familiar borrado -pronunciado habitualmente borrao 2- es calificativo y apodo del picoso, o picado de viruelas"
Botar"Botar es un temprano germanismo del castellano (tomado a través del francés); etimológicamente 'golpear' ..."
"Además de su sentido general de 'chanza', broma tiene en el Perú y otras regiones de América (Argentina, Chiloé, Venezuela y Puerto Rico) el de 'molestia, contrariedad', 'perjuicio'"
En el habla familiar peruana cachaco es mote despectivo del policía, del soldado y del militar en general
...se llaman cacharpas los trebejos, bártulos o trastos de poco valor y, por extensión, la ropa vieja...
...el nombre popular de la pipa de fumar ...
Calato por desnudo es uno de los peruanismos más característicos
...se dice camal en vez de matadero o rastro y camalero por matarife...
...se dice camal en vez de matadero o rastro y camalero por matarife...
...se llama camote una planta originaria de este continente y también su tubérculo comestible...
En el Perú ... es general canillita como designación del vendedor ambulante de diarios y revistas
...capaz funcio na como adverbio equivalente a quizá...
...se llama caracha la sarna de personas y animales ...
...'cubierta de un libro en rústica' ... 'cubierta de una revista, un folleto o un legajo ...
...mugre acumulada sobre la piel por crónico desaseo...
...mancha o banco de peces '... 'multitud de cosas o de personas'...
...En el Perú se asocia sobre todo al circo y a la playa...
...es general el uso de carpeta como nombre del mueble escolar que en España se llama pupitre...
...un plato típico de nuestra cocina...
Lenguaje Correcto e incorrecto. por Martha Hildebrandt
El criterio de corrección tradicional era rígido y dogmático, pues se tenía por expresión de principios inmutables: según él, había entre los usos lingüísticos una tajante e irreductible división entre aquéllos inherentemente "buenos" o correctos y aquéllos inherentemente "malos" o incorrectos. Puesto así el lenguaje en blanco y negro, escribir "bien" consistía esencialmente en atenerse a las formas lingüísticas tenidas por correctas y evitar cuidadosamente aquéllas tenidas -a veces erróneamente- por incorrectas. Este dogmatismo en cuanto al lenguaje estaba generalmente en razón inversa al conocimiento de su verdadera realidad y resultaba a veces traumatizante: nunca podrá saberse cuántas auténticas vocaciones literarias han perecido asfixiadas por una negativa formación purista, casticista o academicista.
Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.
El criterio de corrección tradicional era rígido y dogmático, pues se tenía por expresión de principios inmutables: según él, había entre los usos lingüísticos una tajante e irreductible división entre aquéllos inherentemente "buenos" o correctos y aquéllos inherentemente "malos" o incorrectos. Puesto así el lenguaje en blanco y negro, escribir "bien" consistía esencialmente en atenerse a las formas lingüísticas tenidas por correctas y evitar cuidadosamente aquéllas tenidas -a veces erróneamente- por incorrectas. Este dogmatismo en cuanto al lenguaje estaba generalmente en razón inversa al conocimiento de su verdadera realidad y resultaba a veces traumatizante: nunca podrá saberse cuántas auténticas vocaciones literarias han perecido asfixiadas por una negativa formación purista, casticista o academicista.
Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.
Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.
por Martha Hildebrandt
Pero la lingüística y la filología nos enseñan que lo correcto de hoy fue en muchos casos lo incorrecto de ayer, y viceversa. Basándonos en esa comprobada experiencia, podemos lícitamente suponer que lo incorrecto de hoy llegue a ser lo correcto de ma-ñana: la lengua está en continuo fluir y las formas lingüísticas ascienden o descienden socialmente.
Descartar el criterio de corrección rígido y dogmático no significa, sin embargo, descartar de la lengua todo criterio de corrección. La norma es necesaria en el lenguaje, como lo es en toda institución social. Es más: el criterio de corrección rebasa el aspecto puramente lingüístico para convertirse en un tipo de norma social y cultural: por ello, la admisibilidad social es realmente el único criterio de corrección sincrónicamente válido en la lengua 8 .
El criterio de corrección, variable en el tiempo, tiene por tanto carácter histórico. Pero es también, en cierto modo, variable en el espacio.
Las lenguas nacionales de la Europa actual fueron en principio hablas regionales que luego se impusieron a una supracolectividad en razón de motivos sociales o políticos, y casi nunca en virtud de una cierta o supuesta superioridad lingüística o estética. De este modo el rudo dialecto de Castilla se impuso sobre la lengua cortesana de Toledo por haber sido los condes castellanos los abanderados de la Reconquista.
Pero cuando una lengua nacional llega a hacerse internacional, y aun a extenderse por varios continentes, es difícil que pueda mantenerse incólume la norma lingüística metropolitana. En el caso de grandes lenguas coloniales como el inglés y el español, es por tanto inevitable que surjan nuevas normas americanas frente a las europeas. La lengua culta de los Estados Unidos de América no acata hoy servilmente la norma de lengua culta británica (King's o Queen's English) y propugna su propio ideal de lengua (General American).
De modo análogo el español de América tiene hoy un ideal de lengua culta que, aunque acata en principio los esquemas de la lengua general, no tiene por qué renegar de rasgos irrenunciables tales como el seseo, la sustitución de vosotros por ustedes o el loísmo, es decir, la distinción entre lo y le como formas de acusativo masculino y de dativo (lo cual es, por otra parte, lo etimológico, lo tradicional, lo correcto y lo académico).
Pero hay, además de una latente norma de español de América, una norma nacional en cada una de sus repúblicas. Dicha norma generalmente coincide con el nivel culto del habla de sus respectivas capitales, y de nuevo son motivos políticos, sociales o históricos, antes que propiamente lingüísticos, los que determinan esta preeminencia. En el caso concreto del Perú, la norma lingüística nacional coincide, pues, con el habla culta limeña, sin que eso signifique que ella sea intrínsecamente superior a la de cualquiera otra ciudad o región del país.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)