Jerga, modismos y lisuras
de la televisión peruana.
O sea, manya qué paja este programa, ¡alucina!
Quién hubiera imaginado hace un tres años que uno de los comerciales más simpáticos e ingeniosos de la pantalla sería protagonizado por Martha Hildebrandt. La doctora peruana sorprendió diciéndo que muchos términos de su jerga más preciada ya eran académicos... cosa que jamás le preocupó a los animadores, actores y escritores de nuestra manoseada televisión que justo por estos días acaba de cumplir 45 años . Como para confirmarlo, la última expresión popular del 2003 "pá la génti" –nieta del clásico lo que le gusta a la gente- es prácticamente propiedad intelectual del actor nacional César Ritter, estrella de "Mil Oficios".
CARITO NO HABLA EN INGLES
El doblaje de las peliculas nos salvó de entender los numerosisimos "f ucking" que inundan las películas estadounidenses, así que tuvimos que inspirarnos en Latinoamérica para construir nuestra neo-replana actual.
Quizá el transplante más exitoso resultó la jerga mexicana. Luego de que el terreno fuera abonado por muchas telenovelas, fue sólo hasta la aparición de "El Chavo del Ocho" en la television peruana a partir de 1978 que algunos modismos charros empezaron a calar. Hasta donde me alcanza la memoria, la palabra "chamba" pegó entre nosotros recién a partir de esa serie comica.
En cambio nunca llegaron a pegar entre los peruanos "hacerte la vida de cuadritos" (atormentar), "hacer el oso" (avergonzar), "chanfle" (ooops actual), ni "órale" o "andale", ni "espérate tantito" o "lana" (dinero) , pero en la actualidad he llegado a escuchar con cierto desagrado, que algun mozalbete a la salida del cine repetia –con certeza, fascinados por cintas como "Amores Perros" y "Y Tu Mamá También"- términos como "pinche guey" y uno que otro "chingón", palabra que calculo tiene unas 500 acepciones en Méjico dependiendo de cómo se diga, en qué tono y a quién.
Respecto a Venezuela, gracias a Dios el "cónchale vale", y "mi pana" de millares de telenovelas venezolanas no calaron entre nosotros. El único venezolanismo (¿se dice así?) que viene usándose de hace buen tiempo es el "chévere", en desmedro del argentinismo "bacán" mas popular y usado en Peru que en la misma Argentina.
Los argentinismos tampoco lograron acollerarse al habla popular, ya que el "vós" es casi un idioma en sí mismo. Y valga la ocasión para comentar que en mi pubertad tuve un ligero susto cuando escuché en una telenovela argentina decir a la linda Andrea Del Boca a un tipo "me cachaste en el baño", que traducido al gaucho es un inocente "me ampayaste". Y bueno...
De los colombianos poco hay que anotar, tan educados que jamás abandonan el aburrido "usted" aún con sus amigos más íntimos, y de los chilenos es casi imposible incorporar nada por dos razones: casi no vemos su televisión ni su cine –bastante interesante, dicho sea de paso- y de sus dos palabras estandarte, "cabro" (muchacho) y "¿cachay?" (algo así como ¿ves?) la primera acá una es una palabra despectiva y la otra suena como eso.
SAPOS, CULEBRAS Y ESPIRALES
Y podría apostar que fue Augusto Ferrando el primero que soltó un "carajo" en la pantalla chica. Yo no lo descubrí, pero sí lo vi. Lo recuerdo durante una tarde de los años 70 el eufórico Ferrando no se aguantó, y al final de su perorata dijo algo así como "¡... y estoy tan emocionado que ahorita digo carajo!".
El público rompió en aplausos, y Carbajal, Tribilín y hasta la Gringa Inga le hicieron el eco, esta última con un "carrajo" dicho con tal ternura que nadie en su sano juicio calificaría de grosero. Como para confirmar su carácter inofensivo, hoy hasta existe una peña musical en el distrito de Barranco que se llama así.
Luego de un largo paréntesis, recién a mediados de los 80 volvimos a escuchar algunas palabrotas en "Gamboa", herencia del cine peruano, cuyo guión a lo mucho tendría diez malas palabras en 161 capítulos. La television "globalizada" de los 90’s nos trajo de las mismas a Laura Bozzo, quien se propuso ruborizar a los delincuentes más avezados de la carcel de Lurigancho -sus futuros colegas dentro de poco- gracias a su verbo florido pródigo en ajos y loas a Montesinos en casi igual proporción. Pero francamente nadie caerá tan bajo como el cardenal Cipriani y su gorilesca definición de los derechos humanos como una cojudez. A persignarse y jalar el excusado.
O SEA, CHACARIAAA
Uno de los más conspicuos divulgadores de la "jerga nice" es sin duda Rafo León y el difunto Jose Luis Del Salto en los 70's. El "o sea" adquirió carta de ciudadanía gracias a Leon, convirtiéndose en palabra de punta, término ancla de toda una forma de hablar pródiga en modismos
"¿ya?", "Alucina", "qué loco", "mostro", "regio", "te juras", "no te pases", "me llega", "ya no ya": todo sonó cool y fresh después que el lo dijera, y, cómo te explico, la televisión lo asumio como algo normal en 1985 con la telenovela peruana"Carmín", por boca de un grupo de encantadoras rubiecitas –hoy respetables actrices- encabezadas por Fiorella Menchelli , cuyos ecos se escuchan hasta hoy en cuanta telenovela se desarrolle en esos ambientes y también en los parlamentos de todas las modelos de cualquier programa concurso. Esta forma de hablar es tan, tan típica que está cerca de convertirse en un idiolecto (que, ojo, no es lo mismo que un dialecto idiota)
Para ilustrar, recordemos las instrucciones que nos dejo para que una chica regia diga con propiedad en dónde vive:
1) Relajar la mandíbula inferior dejando los labios entrabiertos.
2) Balancear un poquito la cabeza. No tanto como esos perritos de los taxis, pero casi.
3) Poner ojos bovinos post-noche de una buena volada con tronchos y demas hierbas escuchando a Joaquín Sabina y Robert Plant, o bien ocultarlos tras lentes oscuros Gucci.
4) Ante la pregunta crucial: ¿dónde vives? Se responde "en Chacariyaaá" (chacarilla), alargando la última a y suavizando la "ll" en ese inconsciente afán limeño por eliminar todo vestigio del quechua. También se puede responder "La Molinaaá", siempre que esa última "a" vaya bajando de intensidad sonora y poniéndose un poco nasal (!gracias troncho!)
Hablando de "indians go home" vale decir que el "manyas" nacio en esta clase social cuyos sumos sacerdotes son, según me cuenta un amigo entendido en pituquerías, nada menos que los surfs. Si la palabra pega en el mundo surf, sonará "o sea, en todas partes". Miren pues: los hieráticos surferitos, algunos de los cuales son incapaces de mantener un diálogo mayor de cuatro monosílabos, también colaboran enriqueciendo el habla popular. O sea, la hacen linda, manyas?
CHAMULLO DE EXPORTACION
Los obedientes broadcasters (¿) nacionales, advierten que el uso de la jerga atenta contra la comercialización de las telenovelas en el exterior. Me pregunto entonces por qué escuché tanta jerga sudamericana durante toda mi vida, pues según los criterios peruanos se supone que eso jamás debió ser exportado. Y que tampoco debemos exportar productos asi. ¿Por que sera que conservamos mucho respeto al hablar nuestras jergas con alguien que no sea nuestro paisano?
Para demostrar la falacia, el ejemplo es "Patacláun": éxito también en Colombia y otros países latinos, no usa solamente jergas peruanas, sino de chistes privados que desternillan de risa a cualquier ser humano de este planeta. Es cierto que las primeras veces no se entiende, pero a la segunda o tercera cualquiera lo capta y la palabreja se vuelve parte de la gracia. Muchos creen que nuestra jerga no es graciosa ni entendible fuera de las fronteras. Como siempre, todo radica en el criterio, pues no se trata de abusar ni centrar el chiste en lugares o términos que solo los locales conocen pero tampoco de creer que nuestro "manyas" se entiende menos que un "a poco".
Para terminar, una penosa noticia. Cuando apareció el "ya fue", muchos celebramos que el idioma por fin lograba expresar una serie de complicados conceptos con tan solo dos palabras. Podía aplicarse a la moda (esa camisa ya fue) a los sentimientos (esa/e pata ya fue) a la política (el cholo ya fue) a la filosofía (ese sermon ya fue) y en fin, a cuanta cosa se quisiera dar de baja en nuestro veloz mundo de zapping mental. Pues bien, según los últimos reportes de los especialistas, el "ya fue"... ya fue. Esperemos la próxima, broder.
Eduardo Adrianzén Herrán (Eduardo es escritor y dramaturgo teatral. Es autor de la telenovela "Qué buena raza").